domingo, 21 de febrero de 2010

"Cada día me sorprende más la capacidad que tiene el ser humano para meterse en la vida de los demás y para evitar que todos podamos vivir en pie de igualdad. Primero fueron las mujeres, los esclavos, los negros, ahora los gays… Al final, siempre hay un sector de la sociedad que se empeña en que otro grupo de ciudadanos permanezca por debajo y con menores derechos. Da igual que se trate del derecho a votar, del derecho a vivir en libertad, o del derecho a casarse con quién a uno le dé la gana. El caso es prohibir, y no permitir que seamos todos iguales".

1 comentario:

Mario M dijo...

Coincido totalmente con esa reflexión.