sábado, 20 de agosto de 2011

A los gays: silencio. A los católicos: botellón...

Mientras a los gays se los encierra en jaulas insonoras y se les pone audífonos para que no molesten, a los otros los dejan libres, con botellón y todo, y hasta les dejan mear en las fuentes públicas. Acá el reportaje.

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